Colección de dibujos realizados por el escultor Cantabro Mauro Muriedas entre 1936 y 1939.

La Guerra Civil española como paisaje, como personaje y como diálogo. En ese fúnebre y angustioso territorio sobrevivió el trazo del escultor cántabro Mauro Muriedas, cuyos dibujos son ahora objeto de una exposición a cargo de la Fundación Bruno Alonso, que inaugurará en su sede de la calle Isaac Peral de Santander el próximo 24 de febrero. La muestra recoge dibujos a lápiz y tinta sobre papel de pequeño formato, realizados entre 1936 y 1939 durante el tiempo que el artista nacido en 1908 en Barcenilla de Piélagos estuvo en el frente. En la exposición, que se podrá visitar hasta el 13 de marzo de lunes a viernes a partir de las 19 horas, se incluye además un pequeño autorretrato del escultor de 1935.

La exposición la organiza la Fundación Bruno Alonso en su sede y está comisariada por su presidente, el editor y escritor Luis Alberto Salcines. El nexo entre el creador y el sindicalista se concreta, además, con una donación. La que hizo recientemente Mauro Muriedas hijo a la Fundación: un dibujo que hizo su padre a Bruno Alonso.

Mauro Muriedas fue el primero de cinco hermanos. En 1920, al fallecer su madre, se dedica a cuidar vacas en una finca de Cabo Mayor en Santander. Las estampas que vio Mauro desde el primer momento, el ambiente campesino de Barcenilla y la vida ganadera de Cabo Mayor iban a ser reflejadas en sus obras. Más tarde se traslada a Torrelavega, donde residiría hasta su muerte en 1991. Desde muy joven comienza a trabajar en la RCA de Minas y ayuda a su padre al salir del trabajo en el taller de carpintería que tenía debajo de su casa. Allí realizó Mauro su primer intento escultórico: un pasiego de tamaño natural.

Formación interrumpida.

Su formación artística se inicia en la Escuela de Artes y Oficios de Torrelavega. La Guerra Civil le sorprende junto a otros 35 compañeros de Torrelavega que habían sido seleccionados para participar en la Olimpiada Popular de Barcelona. Entre ellos estaban José Luis Hidalgo y Francisco Charines. La rebelión militar le impediría aprovechar una nueva beca de la Diputación, en esta ocasión para estudiar en el extranjero. Durante la guerra estuvo movilizado en los dos frentes. Primero con el ejército republicano, después, tras un periodo de militarización en la RCA y cárcel, le enviaron a Pamplona para que se incorporase al ejército de Franco.