Evocación de Eulalio Ferrer.
El fallecimiento de Eulalio Ferrer Rodriguez, patrono de honor de la Fundación Bruno Alonso, ha significado una gran pérdida para cuantos le conocíamos y apreciábamos su gran valía como ser humano, a la vez que supone la desaparición de uno de los últimos eslabones que nos unía con una etapa de la vida española que se inició con gran ilusión el 14 de abril de 1931 y se hundió en el ánimo de su generación con la derrota sufrida como consecuencia de la guerra civil promovida por las fuerzas sublevadas el 18 de julio de 1936 contra la legalidad republicana.
Pese a su juventud, Eulalio Ferrer fue un combatiente distinguido en los frentes de batalla, donde alcanzó el grado de capitán. El éxodo iniciado durante el invierno de 1939 le llevó a los campos de internamiento habilitados en Francia, donde junto a millares de españoles permaneció hasta el año 1940, cuando finalmente consiguió reunir a su familia y partir hacia el exilio mexicano. De estas peripecias, que sin duda marcaron el ánimo de una persona que entonces no había cumplido aún los veinte años, ha dejado constancia y huella literaria en varios de sus libros.
Será en México donde tome conciencia de la verdadera situación de todos los españoles que se habían visto obligados a abandonar su patria y vislumbre la posibilidad de que el exilio no sea una situación transitoria sino que alcance dimensiones mucho más dilatadas y, por lo tanto, acuciantes para su presente y porvenir. Su padre, tipógrafo socialista, fallecerá cumpliendo la promesa de no regresar a España mientras subsistiera de la dictadura franquista, pero Eulalio Ferrer hijo quiso volver a su lugar de origen, a sabiendas incluso del peligro que habría de arrostrar como consecuencia de su pasado socialista y combatiente en las filas republicanas, señas de identidad ambas de las que su pensamiento nunca abdicó.
Haberse convertido en un empresario de éxito en el sector de la comunicación de habla hispana supuso un aval para conseguir una cierta inmunidad ante las autoridades de la dictadura y, además, un punto de partida para desarrollar a los dos lados del Atlántico, en las dos patrias, la nacida y la elegida, una extensa y fructífera labor de mecenazgo social y cultural que ahora se verá truncada en gran parte con la desaparición de un hombre que a sus 88 años todavía soñaba con una futuro de paz, libertad, igualdad y prosperidad para todos los hombres y mujeres del planeta. Era la estela dejada en su pensamiento por Bruno Alonso González, de quien ejerciera durante algún tiempo como secretario y a quien le unió a lo largo de toda su existencia un gran respeto y consideración.
Con la desaparición de Eulalio Ferrer Rodríguez , México y España pierden también uno de los puntos de unión entre ambas naciones, por el tesón con el que se dedicó a estrechar aún más los vínculos históricos, llevando al país azteca la fortaleza de su espíritu quijotesco y trasladando al nuestro la frescura de una joven civilización forjada por las gentes de Ultramar. Pero, sin duda, será en Cantabria, y sobre todo en Santander, ciudad en la que había nacido y que le nombró hijo predilecto, donde más se hará sentir la ausencia definitiva de una persona por muchas razones irreemplazable.
Fundación Bruno Alonso