Fallece en México el publicista, escritor y académico santanderino Eulalio Ferrer.
En delicado estado de salud desde hace meses, murió en su casa de la capital mexicana por causas naturales. Tenía 88 años.
El publicista, escritor y académico santanderino Eulalio Ferrer ha fallecido esta madrugada en su casa de México D. F. a los 88 años de edad. La muerte se ha producido por causas naturales, aunque su estado de salud era delicado desde hace meses.
Hijo Predilecto de Santander y de Cantabria, presidente de la Fundación Cervantina de México y empresario de éxito en el mundo de la comunicación, Ferrer se estableció hace 69 años en América, en donde se había exiliado al final de la Guerra Civil española.
Antes de llegar a México, Ferrer pasó por un campo de concentración francés, donde intercambió con un miliciano un paquete de cigarrillos por un volumen de ‘Don Quijote de la Mancha’, lo que inició la que sería la gran pasión de su vida: difundir en el mundo la obra de Cervantes y, a través de ella, el idioma español.
Periodista, escritor, publicista, mecenas, Eulalio Ferrer patrocinaba, entre otras iniciativas, el Premio Menéndez Pelayo que concede la Universidad Internacional del mismo nombre.
A su llegada a México, en 1941, Ferrer se estableció con sus padres y sus hermanas en Oaxaca, donde se ganó la vida durante un tiempo recitando poemas de Federico García Loca y Antonio Machado.
Ese mismo año fundó la revista ‘Mercurio’ y poco después se inició en el mundo de la publicidad. Pronto se convirtió en un experto en ambas materias, publicidad y comunicación, y de hecho a él se debe el desarrollo en México del concepto moderno de la Comunicología, que ha sido validado, entre otros centros, por la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid.
Marcado por sus lecturas del campo de concentración para combatientes republicanos, Eulalio Ferrer dedicó a lo largo de su vida gran parte de su patrimonio a adquirir todo tipo de pinturas, libros y esculturas relacionados con ‘El Quijote’, llegando a atesorar una biblioteca de más de 1.300 volúmenes en su casa de Guanajuato (México).
Aunque nunca se ha desvinculado de su ciudad natal, a la que regresaba desde hace años casi todos los veranos, Ferrer desarrolló la mayor parte de su obra cultural y empresarial en México, país que le concedió la nacionalidad en 1949.
Allí presidió instituciones como la Fundación Cervantina o la Academia Mexicana de las Artes y Ciencias de la Comunicación, y era miembro de la Academia Mexicana de la Lengua desde 1993.
Esa misma tarea en defensa del idioma español la desarrolló en la Real Academia Española y la Academia Norteamericana de la Lengua, de las que era miembro correspondiente.
En su trabajo al servicio del español, se apuntó logros como el de incorporar al Diccionario de la Real Academia Española el verbo ‘cantinflear’, en honor a su amigo el humorista Mario Moreno ‘Cantinflas’, con esta acepción: ‘Hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada»‘.
Por sus servicios al idioma y la cultura, Ferrer recibió numerosos premios y honores, entre los que figura la Orden del Mérito Civil que el Rey de España le concedió en 1982.
Además de a la publicidad y a la obra de ‘El Quijote’, este antiguo capitán del Ejército republicano e hijo de un tipógrafo socialista ha dedicado parte de su obra como escritor a honrar la memoria de los exiliados de la guerra -‘los trasterrados’, como él los llamaba- y a expresar su gratitud a los países que, como México, los acogieron.
Fecha: 25/03/2009
Fuente: El Diario Montañés
Autor: EFE – Santander